Ciclo capilar:
Nuestro cabello sigue un ciclo natural de crecimiento, descanso y caída. En otoño, muchas hebras que estaban en la fase de descanso (llamada telógena) pueden entrar en la fase de caída (anágena), lo que resulta en una mayor pérdida de cabello.
Cambios estacionales:
La exposición al sol y al clima cálido del verano puede debilitar el cabello. Cuando llega el otoño y el clima se vuelve más fresco y seco, algunas personas pueden notar que su cabello se debilita y cae más fácilmente.
Estrés:
La vuelta a la rutina después de las vacaciones de verano y la adaptación a las responsabilidades cotidianas pueden aumentar los niveles de estrés. El estrés es un factor conocido que contribuye a la caída del cabello.
Deficiencias nutricionales:
Durante el verano, es posible que las personas cambien su dieta o no presten tanta atención a la alimentación. La falta de nutrientes esenciales para el cabello puede afectar su salud y causar una mayor caída en otoño.
Menos humedad:
A medida que el aire se vuelve más seco en otoño, el cuero cabelludo y el cabello pueden volverse más secos, lo que puede hacer que el cabello sea más propenso a daños y roturas.
Regeneración natural:
El cuerpo humano renueva constantemente el cabello, desechando cabellos viejos para dar paso a nuevos. La caída estacional puede ser simplemente una parte normal de este proceso de regeneración.
Cambios hormonales:
Algunas personas experimentan cambios hormonales estacionales que pueden afectar la salud del cabello y contribuir a una mayor caída.